Hace tiempo que nos van llegando, cada x tiempo, micrófonos de condensador de las más variadas marcas, con problemas de ruidos molestos. A principio se nos ocurrió que podría tratarse de un fenómeno típicamente atribuible a los micrófonos de condensador más baratos, normalmente provistos de cápsula electret y algunas veces fabricados con menor control de calidad, pero la variedad de marcas y modelos que nos han yendo llegando, ha demostrado que nada más lejos de la verdad. Es cierto que el porcentaje de micrófonos de condensador “caros” y/o de marcas más conceptuadas que nos van enviando para “recuperar” es menor pero, muy probablemente hay una razón lógica para tal.
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Climatización y Humedad
Veamos, ha aumentado la cantidad de productores y músicos que tienen sus propios estudios de grabación y que, por moverse en un ambiente ya bastante profesional, pueden permitirse no solo tener unas buenas instalaciones, sino también tener en su colección de micrófonos buenos ejemplares de algunos miles de euros. Sin embargo, actualmente, la inmensa mayoría de los músicos posee una habitación con algún – o ningún – tratamiento acústico y con unas condiciones mínimas para poder realizar sus tomas y producir sus maquetas. Lo más probable también es que las condiciones de climatización de esas habitaciones sean bien menos adecuadas que lo que sería deseable y que, después de un buen par de horas encerrados, intentando no molestar ni al vecindario ni a la familia, además de un anunciado dolor de cabeza, notemos un ambiente más húmedo que lo habitual.
Por el contrario, en un estudio comercial – o privado – construido y acondicionado según las buenas prácticas, la climatización es algo que se integra en el proyecto aún en la fase del diseño. Según la envergadura y complejidad del espacio, se destina a cada sala del complejo un sistema individual de renovación de aire, normalmente constituido por un ventilador de impulsión que, a través de un sistema de filtrado, nos trae el aire limpio desde el exterior (de esta forma garantizamos sobre-presión en el espacio e evitamos la entrada de polvo cuando se abren puertas) y una salida de aire – pasiva o activa – pero siempre manteniendo presión positiva. En cada uno de los espacios se instala, por lo menos una máquina de aire acondicionado, con la que se calienta o enfría el aire circulante. Lo más habitual es ver los típicos sistemas split que, no pocas veces, habrán de apagarse para que el ruido no sea captado por los micrófonos. En complejos de mayor envergadura que, normalmente, suponen presupuestos más generosos, es frecuente ver sistema híbridos, en los que los tubos de la ventilación pasan por baterías de agua que, a su vez, son calentadas o enfriadas por las llamadas bombas de calor. Cada sistema tiene sus pro y sus contras, pero lo que no tiene discusión es que, sin oxígeno, no podremos respirar mucho tiempo y al dolor de cabeza, se podrá seguir un desmayo y…
***En la figura se ve perfectamente, arriba a la derecha, el tubo de entrada del aire (por impulsión) y, por debajo, el cassette del aire acondicionado. Arriba a la izquierda, tenemos el tubo de salida del aire con menor sección para mantener presión positiva.
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¿Y esto que tiene que ver con micrófonos de condensador?
Mucho. Todo este sistema algo complejo que acabo de describir tiene, la cualidad de poder equilibrar la cantidad de humedad existente en el ambiente. Además, no es práctica común en los estudios comerciales, guardar los micrófonos en sus cajas, ya que, estarán a uso casi diario. De este modo su temperatura se mantiene normalmente constante y la humedad controlada a través de la renovación de aire y con la contribución del aire acondicionado, que todos sabemos – y nos quejamos – que seca el aire.
Del otro lado de esta industria están todos y cada micrófono que tenemos en casa y que sacamos de la caja para grabar aquella voz, muchas veces en la habitación donde ya llevamos unas cuantas horas programando, grabando guitarras y realizando las ediciones preliminares. Al salir de la caja, normalmente diez o quince grados por debajo de la temperatura ambiente, la cápsula del micrófono de condensador, en contacto con el vapor de agua existente, provoca un fenómeno de condensación que va a modificar el comportamiento del condensador constituido por su “plato” y su “membrana”. Esto, por si solo, no es grave, porque la cápsula acabará ajustándose a la temperatura ambiente y las gotas condensadas volverán a evaporarse. Cuando, además, cantamos en frente al micrófono, el aire que expiramos, caliente y húmedo, replicará el fenómeno.
Si tuviésemos una climatización adecuada, apenas notaríamos problemas pero, si no es ese el caso, es probable que aparezcan algunas interferencias.
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¡¡¡Nunca lo hagas!!!
Lo que, definitivamente no debemos hacer es, al terminar, guardar nuestro micrófono de condensador en su caja y, menos aún, con la intención de preservar su condición inmaculada, envolverlo en la bolsa de plástico con que el fabricante nos quiso obsequiar.
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¿Y cuál es la solución?
Este problema es el que, en gran parte, nos hemos enfrentado. Solución (si no hay óxido depositado por las reiteradas veces que hemos cometido el “crimen”): Colocamos el micrófono de condensador en su tripod en la posición habitual – a 1,60m o 1,70m del suelo – y, por debajo, una estufa a una temperatura suave durante un buen par de horas. En principio, tendremos micro nuevo.
La humedad, el enemigo nº 1
de los micrófonos de condensador
Artículo de Reflexion Arts. Octubre 2017