Este artículo lo escribió Philip Newell durante el verano de 1998, definitivamente chocado con tantos de tan fino oído. Hay que entender que estábamos en la era de los 16/18bit de conversión digital, o sea 90 a 100dB de dinámica posible. Disfruté enormemente al leer el articulo “All Ears” en el Studio Sound de Abril 97(*). En una industria donde la diferencia entre el hecho y el mito es tan borrosa, artículos cuidadosamente elaborados, como el referido anteriormente, son necesarios, posiblemente, más que nunca. Aquél número de la revista me ha dado un arma útil (bien enrollada) con que golpear a mis clientes, y del mismo modo a sus clientes, cuando ellos hablan por hablar (que también lo hacen frecuentemente) de como los DA88 son enormemente superiores, en sonido, a los ADAT, o viceversa, o que ambos son basura comparados con el Sony 3348, o con cualquier otra cosa que esté de moda en su propio Mundo.
Los resultados del test mencionado en el artículo, realmente no me sorprenden. De los múltiples sistemas que he usado nunca los he encontrado suficientemente diferentes en su carácter sónico para preocuparme demasiado. Hace pocos años, en una grabación en directo para CD y Televisión a la vez, utilicé un par de ADAT Alesis, unos previos de micro de una Mackie 1604 (me asombra cómo Mackie logró esa calidad de sonido y esa capacidad de rendimiento a ese precio) y un par de micrófonos Schoeps. El objetivo principal de la grabación era un maravilloso par de pianos de cola Steinway, y dos excelentes pianistas. Todavía hoy me siento muy satisfecho con el sonido que al final conseguí, y como conozco las Sony 3324A o S, diré que no hay falta de calidad en los ADAT.
¿Entonces, por qué habrá tanta gente diciendo que tal o cuál sistema de grabación digital es pobre? Este tipo de comentario es típicamente común en el área de la industria que engloba los “project studio”. Creo que casi todos estos comentarios sin sentido existen, porque se culpa a los aparatos de grabación de la falta de calidad de la cadena completa. La realidad es que muy pocas personas graban en ADAT usando micrófonos de 2.000 dólares, previos clase A de FM Acoustics y escuchando a través de un sistema de monitores de alta calidad. La verdad es que muchas máquinas profesionales (la indicación de la palabra profesional en la parte frontal de la máquina normalmente indica que no lo es) son usadas a menudo en cadenas de grabación de calidad superior a las normalmente destinadas a los “project studio”. Por el contrario, pocas personas compran mesas Focusrite para grabar con ADAT. En la mayoría de los casos, además, las máquinas de grabación se corresponden en precio con los sistemas de mesas y de monitores. Como dice el viejo refrán de los informáticos, ¡basura in es igual a basura out! pero no culpen a la máquina de grabación por eso!.
Otros dos aspectos del mundillo de los “project” que pueden también dejar en mal lugar al equipo menos caro. Primero, la gente con menos formación en los procesos de grabación, muchas veces cree que entradas y salidas balanceadas a +4dBm son más profesionales, y que con ellas obtendrán mejor sonido que con las entradas y salidas “domésticas” de -10dBv. Esto no es necesariamente verdadero. Entradas y salidas balanceadas que proporcionen sonido transparente de alta calidad, no son baratas de fabricar. Cuando se recorta al máximo el precio de la fabricación de una pieza de equipo de estudio, depositando toda la confianza en la superioridad de su conexionado, se puede correr un riesgo temerario. En muchos de los casos, con las conexiones más sencillas no balanceadas a -10, se obtiene mayor pureza sónica.
En segundo lugar, y esto ya lo debatimos en un artículo yo y Jonh Watkinson, hace un par de años, solamente se conseguirá una óptima calidad de grabación digital si el pico más alto del nivel del programa está en el máximo, justo por debajo del punto de distorsión. Conseguir esto, a través de las entradas +4dBv del ADAT, que marca -18 para un nivel de entrada +4, significa que necesitan ser enviados +22dBv (y de vuelta también) desde de la consola de mezclas o desde los previos de micro. Esto no será problema si usamos un ADAT con una Neve, una SSL, una Focusrite o una consola similar, pero muchas mesas de mezclas pensadas para el mercado del “project” empiezan a perder su pureza de sonido (si la tienen) cuando trabajan con estos niveles.
Por lo referido anteriormente, si tengo que grabar con ADAT o sistemas similares, siempre uso las entradas y salidas -10 (no balanceadas) de la máquina con las entradas y salidas +4 de la consola de mezclas. De este modo, la señal entra y sale de la máquina vía el circuito más sencillo, mientras los +4 de la salida de la mesa proporcionaran un nivel de grabación cerca de 4dB por debajo del nivel de saturación. Ciertamente esto es más sano para el circuito analógico de muchas mesas de mezcla. En reproducción, los medidores de la mesa también harán una lectura más sensible (visible). La razón por la que tantos fabricantes de máquinas digitales aun no instalan controles de nivel de entrada y salida, sigue siendo para mi un misterio. Las máquinas pasarían a ser utilizadas como aparatos de ganancia de 1:1, pudiendo operar a un nivel digital óptimo fuera cual fuera el nivel de señal de línea escogido y muchas grabaciones desastrosas se podrían evitar.
De cualquier modo, la conclusión es que no debemos culpar a la máquina por una pobre calidad de sonido, que puede, con toda probabilidad ser debida al equipo en la cadena y/o a un conexionado mal implementado. Por otro lado, se podría culpar a algunos fabricantes por inducir a los menos prevenidos por sendas peligrosamente resbaladizas.
Philip Newell
Artículo publicado en el boletín nº7 de Reflexion Arts en Octubre de 1998