El pasado jueves, 12 de Junio, tuvo lugar, en los estudios Planta Sónica II, en Vigo, un evento organizado por Reflexion Arts en colaboración con el distribuidor Británico Omnisonic. Se trataba de presentar las más recientes aportaciones de la marca Sontronics y su ya extensa línea de productos, que abarca desde micrófonos y previos para micrófono hasta los más variados accesorios para la grabación de audio. A lo largo de los últimos 10 años, la marca fundada por Trevor Coley, un ex-directivo de Soundcraft y, posteriormente con-fundador de SE Electronics, ha sabido establecer una reputación firme, basada en la indudable calidad de sus diseños, fabricación, acabado y, principalmente, de su sonido. Dando pasos muy firmes en la dirección adecuada a la hora de elegir sus modelos, Sontronics, que aún conserva en su catálogo alguna herencia de los primeros días – el STC1 y el STC2 – se ha ido concentrando en la creación de soluciones, más que en sacar modelos de micrófonos para competir en el mercado. En los últimos años los dinámicos Halo y Delta, este último de cinta (ribbon), han sido pensados para la captación de guitarras eléctricas, sin comprometer la tendencia de la colocación próxima al baffle, al presentar un SPL máximo admisible de 140dB. El Apollo, por su turno, es uno de los pocos micrófonos estéreo que incorpora la solución X-Y de Alan Blumlein (1933), formada por dos Ribbon superpuestos y formando un ángulo de 90º.
A lo largo de sus casi 10 años, Sontronics también se ha aventurado por los circuitos a válvulas, en los ya descatalogados Helios (multipatrón) y Omega o el doble previo Chimera, pero es ahora que entra por la puerta grande de los micrófonos valvulados al presentar, este año, el Aria. Se trata de un micrófono estéticamente perfecto con un sonido de altísima calidad, como ha quedado patente durante las pruebas en Planta Sónica. Sin embargo una de las principales razones para realizar el evento ha sido poder comparar, en un ambiente acústico no comprometido y con la cantidad suficiente de previos teóricamente iguales, la solución para batería y percusión que presenta la marca británica.
Para que esto fuese posible, invitamos a un gran amigo y músico de referencia en Galicia – Fernando (Cholo) Soto – el batería original de Semen Up y, posteriormente de Tremendoes, Frangos, Post, Currichos y un muy largo etc para que viniera con su Pearl Master Premium Maple (Toms 10”, 12” y 14” y Bombo 20”) y fuese nuestra fuente de sonido. La idea era captar el instrumento con lo que podemos clasificar como una “microfonía de referencia” y, a la vez, con los micrófonos recomendados por Sontronics.
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Colocada la batería en la ubicación recomendada por Pancho Suárez, el ingeniero residente en el estudio, que conoce mejor que nadie como sacarle partido a la acústica diseñada por Philip Newell, se procedió a la colocación de los micrófonos a través de la utilización de “barras estéreo” en cada uno de los tripods, lo que permitió colocar cada cápsula de la “referencia” y del Sontronics respectivo lo más próximo posible el uno del otro.
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Los previos utilizados fueron 20 de los 48 existentes en la consola Raindirk Symphony LN3, sin EQ y sin compresión. De los 20, cuatro amplificaban las parejas de sala y se convirtieron a través del Apogee Symphony SIOC 8×8 mientras que los demás 16 previos fueron enviados a las 16 entradas de un Lynx Aurora. Ambos sets estaban así en absoluta igualdad de circunstancias.
La distribución fue la siguiente:
| Instrumento | “Referencia” | Sontronics |
| Bombo | Shure Beta 91 (dentro) | DM-1B |
| Caja | Shure SM57 | DM-1S |
| Toms (3) | Sennheiser MD421 | DM-1T |
| Charles | AKG ES460/CK1 | STC1 |
| Aéreos (2) | Mikrofon MKE13M | Orpheus |
| Sala | Earthworks QTC40 | Apollo |
Con la caja, charles, toms y aéreos utilizamos la técnica descrita, mientras el DM-1B fue colocado delante del “port” de salida de aire abierto en el parche, a la vez que el Beta 91 se quedaba dentro del bombo – es que éste se suele utilizar así.
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Colocación de los micrófonos en los distintos instrumentos de la batería.
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Habiendo sido imposible pasar el Sontronics para dentro del instrumento (su diámetro era superior al del “kick-port”), se ubicó el DM-1B justo delante del tubo negro. El propio micrófono ya presenta un desplazamiento angular de la cápsula que ayuda a protegerla del impacto directo de la onda expansiva perpendicularmente al eje.
La elección de los Mikrofon-M se debió a que es una pareja equilibrada que llevamos años reconociendo como micrófonos de respuesta muy lineal hasta los 5kHz, que luego presentan una pequeña atenuación (1.5dB a 2dB en 1/3 de octava alrededor de esa frecuencia) y que proporcionan una captura sin estridencias ni resonancias raras. En este caso los colocamos con la ayuda de la barra, en posición vertical, con la cápsula “wide cardioid” en el plano horizontal a los lados de la batería, que no por en cima de los platos. La colocación de los Orpheus, obedeció a un criterio semejante, con el cuerpo del micrófono en la posición horizontal.
Mientras la pareja de Earthworks se colocó en un arreglo OSS (Optimum Stereo Signal), que consiste en preparar una pareja casi coincidente de micrófonos con un disco Jecklin – en nuestro caso una pantalla de semejante dimensiones y acabada en material absorbente, que deja las cápsulas omnidireccionales a 17cm la una de la otra – supuestamente la distancia intra-aural media – el Apollo se quedo prácticamente a la misma altura, alineado justo delante del “disco”.
Estaba hecho nuestro “set up” y Cholo empezó a tocar. Primero cada elemento de la batería, el tiempo suficiente para que los asistentes pudiesen oír cada uno de los Sontronics alternando con nuestras “referencias” y después toda la batería, con y sin ambiente de la sala para terminar escuchando solamente los micrófonos de sala con sus características de captación tan distintas.
La secuencia en cada uno de los clips es la siguiente:
- 0:00- Batería + sala
- 0:15- Batería sin la sala
- 0:24- Bombo
- 0:34- Caja
- 0:43- Toms en su posición en el estéreo
- 0:50- Charles
- 0:58- Aéreos
- 1:13- Micrófonos de sala